martes, 20 de febrero de 2018

¡Ahora Caigo!.



- Creo que no hace falta  esmerarse mucho en las críticas con este concurso que pocas veces me ha hecho girar la cabeza hacia la tele. Entiendo que haya gente que le guste, pero no lo comparto. Parece un programa más orientado a humillar y reírse del concursante que otra cosa, algo así como su competencia de las tardes, otro espacio similar denominado "¡Boom!".

Se llama ¡Ahora Caigo! y ahora me entero que la idea de crearlo nace en Israel, donde triunfó un programa llamado "Lauf Al Hamilion" (לעוף על המיליון, en hebreo) que sirvió como inspiración para crear este circo que pretende mezclar inteligencia con ridículo.
Gestmusic es la culpable de que este concurso echara a andar a partir del 22 de agosto de 2011, anteriormente en franja nocturna y siempre por Antena 3. Se emite de lunes a viernes y me preocupa que la primera temporada triunfase con una media de más de dos millones de espectadores y casi una 14% de cuota de pantalla.

El programa siempre fue presentado por Arturo Valls, un tipo al que siempre traté de entender, o por lo menos reírme con sus chistes. Considero que el verdadero espectáculo de ¡Ahora Caigo! es él, más que nada por tratar de hacerse el Jim Carrey con gracietas no recomendadas para mayores de cuatro años.

Las bases del programa me parecen un poco desastre y apenas he conseguido entenderlas. Aparecen diez concursantes en círculo y otro en el centro aguantando las pesadas bromas del señor Valls. El concursante central debe elegir a un contrincante de los diez y se retará con cada uno de ellos en un juego de cinco pruebas, cada cual más absurda.
Los nombres de los diferentes retos "de culto" son los siguientes: Elección del central, Clásico, Adivina, Entre Tres, Palabra Gallina y Vaya Lío. En fin, incluso los nombres de las pruebas son dignos de parvulario.

No me esforzaré en explicar en que consistía cada prueba, en parte porque tengo el brazo escayolado y porque en verdad que es todo muy absurdo. Mucha luz, mucho color, risitas, cánticos y tal, pero no me acaba de convencer y ni creo que lo haga.
Me resulta incomprensible saber que este con curso lleva en activo casi siete años. Los expertos en audiencia aseguran que ¡Ahora Caigo! triunfa en la caja tonta, pero me van a permitir que lo dude. No creo que mucha gente lo siga.

No sé, he trabajado en un bar y en la tele tenía puesto este programa porque se me había olvidado cambiar de canal. ¿No creéis que eso se le puede estar ocurriendo a muchos?. Claro, la audiencia se mide por el número de televidentes, pero eso no quiere decir que estén atentos al fino humor de Arturo Valls. Igual algunos están como yo en el bar, otros haciendo tricotosa y, seguramente el resto echando la siesta, que no me extrañaría nada.

De verdad que no tengo nada en contra del presentador. Creo que en otros espacios tenía más gracia, pero debe saber que para llegar a Jim Carrey hay que pasar por un largo doctorado llamado "Hollywood", y creo que este buen hombre no pasó de la EGB en cuanto a la asignatura de humor.

Vemos a un excitado Arturo Valls a punto de ejecutar a uno de los concursantes de ¡Ahora Caigo!.

- Está muy bien lo de las caídas por ese pozo automático y todo ese rollo. Está bien porque los más mayores se aburren tanto que se suelen preguntar dónde caerán. Desde luego que no caen en una celda llena de cocodrilos. Tranquilos que la integridad física del concursante está a salvo.

Parece que el deseo principal es ver cuánto se lleva el ganador o ver el barrigazo que se va a dar en cuanto Arturo ordene su "fusilamiento". Parece que la gracia del concurso es esa o ver al presentador haciendo humor de Espinete (con perdón a la legendaria figura infantil).
En definitiva, creo que se está perdiendo la orientación de los realizadores del maravilloso mundo televisivo, ya que hemos dado paso a una generación de "telebasura", chismorreos y concursos absurdos como este. Trataré de entender a quien le guste ¡Ahora Caigo!, pero por lo que a mi respecta, no soporto un solo minuto de este espacio televisivo.



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