- ¡AAAAAAAA JUGAAAAAAAAAR!. Con esta frase daba entrada a los concursantes de "El precio justo" Joaquín Prat, uno de los mejores presentadores que hemos visto en la televisión española. Él fue siempre la cara de este concurso televisivo, que contó en ocasiones con distintos directores y guionistas.
En los primeros días del mes de febrero de 1988 nació "El precio justo", basado en el concurso norteamericano "The price is right". Bob Stewart fue el culpable de que este espacio fuera visto por millones de espectadores, siendo en nuestro país uno de los mejores vistos cuando tan solo contábamos con dos canales de televisión en la mayoría de los hogares. Algunos ya contaban con las nuevas antenas que permitían ver otros canales que barrieron a TVE con el paso del tiempo.
Joaquín Prat dirigió los cinco años del programa. |
El notario seleccionaría a esas nueve personas que entrarían en la participación semanal. Inicialmente se enfrentaban cuatro y Joaquín Prat popularizaba con sus entradas el famoso ¡a jugar!.
Con la salida de un ganador entraría el siguiente concursante, y todos ellos pujarían por aproximarse (eso sí, sin pasarse) al precio justo de cada producto presentado por la voz en off. Si Fernando Acaso presentaba un entonces novedoso reproductor de vídeo VHS, los concursantes publicaban las cercanas cifras. Ejemplo: Isabel (50.000), Sergio (50.500), Paula (65.000) y Marcos (63.000). Acto seguido, Prat desvelaba el real valor del producto -unas 69.000 pesetas-, por lo que Paula sería la ganadora de la ronda.
De esta manera, seis participantes eran los que optaban al escaparate final, pero los tres perdedores no quedarían sin premio, puesto que para ello estaba la prueba denominada como "Escalera de premios".
En la prueba recién citada, Joaquín Prat sacaba su vena más campechana. Aquello lo recuerdo como lo más entretenido por las risas que me echaba. Las azafatas lanzaban una carta, pero la primera era el premio seguro. Con esa carta que portaba un dinero, había que sacar una siguiente apostando por un valor mayor o menor. Si el concursante acertaba seguía participando, aunque la salida del comodín le daría el paso directamente.
Siempre quedaba la opción de plantarse para irse con un dinero a casa, pero ahí surgía la cara campechana de Prat, quien trataba de convencer al jugador para que éste no abandonara. La parte más cruel de esta prueba venía cuando el jugador que se había plantado y Joaquín le hacía seguir para ver que hubiera pasado en caso de continuar. Algunos quedaban bien, pero a otros les quedaba cara de tontos al comprobar que se hubieran llevado mucho más dinero.
Los seis que habían pasado a las fases finales se enfrentan en unas pruebas parecidas a las de la primera fase, pero en dos rondas. Los ganadores de ambas rondas pasarían a la gran final tras aproximarse o acertar el precio justo.
Entonces llega el gran derroche final. Los dos vencedores se ven las caras en una final que incluye dos escaparates de varios lotes carísimos: viajes, coches, apartamentos, motos y electrodomésticos de alta gama, entre otros grandes premios.
Cada concursante elige un escaparate por el que pujará, y como viene siendo la base del programa, cada cual da su precio. Si ambos se pasaban del valor se iban de vació y, si no, el que más se acercaba al precio de su lote, se llevaba uno de los premios a elegir.
De esta manera se celebraba este exitoso concurso semanal que se emitió en España entre 1988 y 1993. Acaparó gran audiencia y contó con famosas azafatas como Verónica Mengod, Arancha del Sol, Beatriz Rico o Yvonne Reyes.
"El precio justo" se emitió entre 1988 y 1993, ofreciendo su mayor premio en 1991. |
- Pese a que la idea de los realizadores era seguir con el concurso a partir de 1993 y de forma diaria, finalmente no se llevó a cabo el proyecto y Don Joaquín Prat continuó sus andanzas televisivas presentando un año después "¿Cómo lo veis?". Al año siguiente, el inolvidable presentador valenciano fallecería y "El precio justo" desaparecería con su nombre quedando en la memoria de los más nostálgicos.
Fue uno de los concursos que más me gustaron, de los que pretendía no perderme una sola entrega. Todos tratábamos de acertar las cifras con los participantes (sin pasarnos del precio justo). A ver si ahora acertamos todos con la nota justa de este show televisivo. La mía es de 10.
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